Lo que pudimos ver gracias al apagón

abril 30, 2025

Así vivimos el mayor corte eléctrico de la historia de España 

¿Dónde te pilló el apagón? A mí, en la oficina de Mojácar, Almería (el Sureste peninsular para nuestros amigos en el extranjero que no conozcan la geografía española). Estaba trabajando en el portátil, cuando noté que bajó el brillo de la pantalla. El ordenador había dejado de cargar.

Estábamos haciendo reparaciones, así que al principio pensamos que podía ser un cortocircuito. Pero pronto vimos que el corte era general en todo el bloque de oficinas del Parque Comercial. Empezaron a llegar mensajes de WhatsApp desde Madrid. Se había ido la luz en toda España.

En pocos minutos, los medios de comunicación informaban de un apagón masivo que afectaba a todo el país —excepto Baleares y Canarias— y también a partes de Portugal y del sur de Francia. Al principio internet seguía funcionando a través de los datos del móvil, pero pronto todo empezó a fallar. No entraban ni salían llamadas, ni SMS.

A medida que pasaban las horas y la comunicación desaparecía, la ansiedad aumentaba. No podía contactar con la familia. Mi padre, en silla de ruedas, tenía una cita médica ese día. ¿Qué habría pasado con la cita? Y de vuelta, ¿cómo le habrían subido al piso sin ascensor? Una de las peores cosas de estas situaciones es no poder comunicarte con tus seres queridos para saber si todo va bien. 

A las 18 horas de corte, volvió la luz en Mojácar aunque en otros pueblos de la zona tardaron más de 24 horas en recuperar el suministro. Almería ha sido la provincia española donde más tarde se restableció el suministro. 

24 horas hubo que esperar para tener telefonía e internet. 24 largas horas desconectados y sin poder comunicar o trabajar. Aproveché el tiempo para limpiar, ordenar, leer y recapacitar. Pensar en qué podríamos haber hecho para estar mejor preparados.

¿Estamos preparados para una crisis energética?

El kit de supervivencia, una radio, una linterna, pilas. Empezamos a pensar en la fase superior de la resiliencia: y unas placas solares con sistema isla y baterías o una conexión a internet por satélite, o un generador de gasoil, un depósito de agua en el tejado (en varios pueblos han cortado el suministro porque la desaladoras no han funcionado). 

Me bajo de la nube “findelmudista” para aceptar que en el mundo en el que vivimos, complejo, interconectado y completamente dependiente de la electricidad, la energía en sentido general y las telecomunicaciones, la autosuficiencia no es más que una quimera.

¿Fallo técnico o ciberataque? ¿Una mezcla de ambos?

Aún el Gobierno y las empresas eléctricas aseguran estar investigando lo ocurrido por lo que no conocemos qué ha originado el mayor apagón de la historia de España. “Si no es un ciberataque, voy a empezar a preocuparme” decía un usuario de Twitter, inquieto por la posibilidad de que un fallo técnico de tales dimensiones se dé en España.

Un conocido presentador de radio comentaba en la radio en la tarde del lunes que no era tan grave lo que estaba pasando y que había que echarle paciencia. Lamentablemente, se equivocaba. La cosa sí era grave y mucho. Miles de personas atrapadas en trenes, metros, estaciones, coches, ascensores; enfermos dependientes de máquinas de oxígeno siendo rescatados por los bomberos, se investiga si una familia de tres personas ha fallecido por inhalación de humo de un generador, una mujer por falta de oxígeno y otra en un incendio provocado por una vela. Sí, la cosa es grave y mucho. 

Restablecida ya la luz y las comunicaciones, volvimos al trabajo, admirativos y agradecidos al trabajo de los servicios de seguridad del Estado y a los bomberos y todas las personas que han ayudado a solventar la crisis. 

Como ante toda situación extrema, tenemos que mantener la calma, y hacer gala de la responsabilidad y el civismo que vimos el lunes en personas que estaban mucho peor que nosotros. 

Por su parte, el Gobierno y las empresas implicadas tienen que informar de manera transparente y completa de lo que pasó y sobre todo de cómo se va a corregir la caluse del apagón para que “esto no vuelva a pasar jamás” como dijo en tono grave el Presidente del Gobierno. 

Lecciones del apagón: resiliencia y futuro

Como aún las causas se están investigando, en lugar de añadir ruido y especulación lo que podemos hacer es reflexionar colectivamente y de manera constructiva sobre nuestra resiliencia. Y es que lo que ha quedado claro es que no estábamos preparados para un apagón masivo o cero eléctrico como lo llaman los expertos, ni a nivel individual, de comunidad ni estatal.

Lo que ha pasado en España es una llamada de atención brutal: no somos resilientes a los choques sistémicos. Necesitamos preparación mental, social, técnica y de gobernanza antes posibles desastres de este tipo en el futuro.

Nuestros sistemas de energía y telecomunicaciones son dos pilares de la sociedad moderna y como en nuestros planes no está volver a la prehistoria, más nos vale aprender del apagón, sus causas y sus consecuencias y de lo que nos ha dejado ver sobre nosotros mismos. 

De los desastres se aprende. ¿Aprenderemos de este?

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